* El reconocido luchador de estilo extremo, destaca su pasión por una disciplina que, aunque peligrosa y hostil, considera profundamente especial. A pesar de haber enfrentado heridas graves, como un vidrio incrustado que casi le cuesta la vida, acepta los riesgos como parte del sacrificio por su amor al deporte. Agradece el respaldo de TWS Cancún en su carrera
Por Sergio Masté
La lucha libre, tan hostil como bella, es la vida misma para el luchador Miedo Extremo, considerado uno de los mejores luchadores extremos del mundo. Con una trayectoria de casi 15 años, el gladiador originario de Pachuca, Hidalgo, reflexiona sobre su recorrido, los desafíos enfrentados y su amor por un deporte que, aunque peligroso, le ha dado un propósito único.
Recientemente, Miedo Extremo tuvo que someterse a una operación de hombro que lo mantiene fuera de los cuadriláteros temporalmente. Sin embargo, lejos de desanimarse, utiliza este tiempo para valorar su camino y trabajar en su preparación física y mental. “Creo que hay mucho por hacer todavía, mucho por dar. Ya no tanto demostrar, porque mucha gente sabe lo que hemos hecho en casi 15, 16 años”, comenta con seguridad.
AGRADECE EL RESPALDO DE TWS CANCÚN EN SU CARRERA
Con humildad y gratitud, Miedo Extremo, uno de los exponentes más destacados de la lucha extrema, rememora los inicios de su carrera fuera de Pachuca. Reconoce a Luis Novelo, de la promotora TWS Cancún, como una de las primeras personas que confió en su talento.
“Nunca olvidaré que uno de los primeros lugares que apostó por mí fuera de Pachuca fue TWS Cancún. Gracias, don Luis, a usted y a su familia, por hacernos sentir como en casa. Gracias a su esposa por la comida y su amabilidad, expresó el luchador.
Este gesto subraya la importancia de las relaciones humanas en el ámbito de la lucha libre, donde el apoyo de promotores y aficionados puede marcar la diferencia en la trayectoria de los gladiadores. Con estas palabras, Miedo Extremo deja claro que no solo valora sus logros en el ring, sino también a las personas que lo han ayudado a construir su camino.
UN CAMINO DE ADVERSIDADES
Debutando el 14 de febrero de 2009 bajo el nombre de Súper Boy, su carrera ha estado marcada por momentos difíciles y grandes logros. “Ha sido un camino muy largo, muchas adversidades como todo. Siempre hago hincapié en el ‘no’: ‘no vas a poder’, pero al contrario, hay que aferrarse a lo que realmente quieres”, recuerda. La transición a Miedo Extremo fue idea de su hermana, quien encontró en el nombre una representación perfecta para su estilo único.
A lo largo de estos años, ha llevado su talento a países como Estados Unidos, Japón e Inglaterra, demostrando que la lucha extrema, aunque criticada en México, es una disciplina que demanda respeto. “Antes de hacer todas las locuras entrenamos lucha libre por dos años. Si vas a hacer algo, hazlo bien, deja una huella muy grande”, asegura.
LA LUCHA EXTREMA: MÁS QUE ADRENALINA
Para Miedo Extremo, la lucha extrema es mucho más que el espectáculo de sangre y riesgo que muchos critican. Es una forma de arte y expresión. “La lucha libre la respetamos mucho, pero la lucha extrema es más interesante. Es algo especial, muy especial”, declara. Aunque ha sufrido heridas graves, como un vidrio incrustado que casi le cuesta la vida, acepta estas experiencias como parte del sacrificio que implica su pasión.
PLANES FUTUROS Y LEGADO
Consciente de que algún día tendrá que colgar las botas, Miedo Extremo ya tiene claro su siguiente capítulo. “En Pachuca tenemos un negocio familiar de pastas y pizzas. Si dejara algún día la lucha libre, me gustaría entrenar a niños y muchachos”, revela. Su enfoque en la disciplina y el aprendizaje riguroso lo convierten en un luchador que busca dejar un legado sólido en las nuevas generaciones.
El 2024 fue un año de aprendizajes para él, pero mantiene la esperanza de que el 2025 sea el inicio de algo aún más grande. “Estoy trabajando para llegar a una empresa estable, no diré cuál, pero estamos avanzando”, afirma con entusiasmo.
Miedo Extremo sueña con ser recordado como alguien que rompió estereotipos y dejó una huella imborrable en el mundo de la lucha libre. “Si volviera a nacer, sin dudarlo volvería a ser luchador. Es un deporte muy peligroso, muy hostil, pero también muy bello. La lucha libre te da cosas que nunca imaginaste”.