
* Con 22 años, Fátima Herrera ha superado numerosos obstáculos para llegar a donde está hoy, demostrando su capacidad y compromiso tanto dentro como fuera del ring. En sus propias palabras: “Me imagino en lo más alto, subiendo de nivel poco a poco, como en los Juegos Olímpicos. Ser campeona del mundo”.
Fátima Guadalupe Herrera Díaz, la talentosa boxeadora mexicana, ha alcanzado un hito significativo en su carrera al clasificar para los Juegos Olímpicos. Desde su infancia, Herrera ha mostrado una determinación y pasión inquebrantables por el boxeo, un deporte que descubrió a la temprana edad de seis años, inspirado por su abuelo, también boxeador. Esta conexión familiar fue fundamental para despertar su amor por el deporte y guiarla en su trayectoria.
Los inicios de Herrera no fueron fáciles. Aunque comenzó a practicar boxeo formalmente a los 12 años, peleando con chicas mayores que ella, su madre inicialmente se opuso a que practicara el deporte y que su hermano, Omar Coronado, la entrenara. A pesar de las reservas iniciales, Omar persistió en su apoyo, y eventualmente la madre de Herrera reconoció el potencial de su hija, permitiéndole continuar con su entrenamiento.

La joven boxeadora entrenó en varios lugares clave para su desarrollo, incluyendo el gimnasio de Rigoberto «El Español» Álvarez, hermano del famoso Saúl «Canelo» Álvarez. Este entorno se convirtió en una fuente de inspiración para Herrera, quien a los 19 años expresó en una entrevista su ferviente deseo de participar en los Juegos Olímpicos. Este sueño, que parecía distante en aquel entonces, se ha hecho realidad tras años de sacrificios y dedicación.

Con 22 años, Fátima Herrera ha superado numerosos obstáculos para llegar a donde está hoy, demostrando su capacidad y compromiso tanto dentro como fuera del ring. En sus propias palabras: “Me imagino en lo más alto, subiendo de nivel poco a poco, como en los Juegos Olímpicos. Ser campeona del mundo”.
El apoyo de su familia, especialmente de su hermano Omar, ha sido fundamental para su éxito. “Quiero agradecer a mi familia, que son muy importantes para mí, siempre han estado en este proceso olímpico. Siempre he dicho que este triunfo que logré es compartido porque por ellos también estoy en donde estoy”, mencionó Fátima en una entrevista reciente con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte del Gobierno de México.
Fátima Herrera es una verdadera inspiración para muchos jóvenes deportistas, demostrando que con pasión, determinación y apoyo familiar, los sueños más ambiciosos pueden convertirse en realidad. Ahora, con la vista puesta en los Juegos Olímpicos, Herrera continúa entrenando con la misma dedicación que la ha llevado a este punto culminante en su carrera.