SILUETEANDO

Por Enrique Mena

El lado Diagonal y místico de la lucha libre

Parte del secreto y del éxito, de los grandes luchadores y que mantiene el respeto del público hacia ellos, es el conservar sus máscaras e identidades.

En la historia de la lucha libre si hubieran perdido la máscara las grandes estrellas de aquellos tiempos, se le hubiera quitado seriedad al luchador.

Esos luchadores que de un día a otro pasan de ser técnicos a rudos, carecen de crédito ante la afición.

El gran luchador, como el gran aficionado, quiere que la lucha sea algo serio y congruente.

No se trata de hacer de la lucha libre un circo barato. Aunque algunos así lo crean, la lucha tiene historia, presente y porvenir. Pasarán las generaciones y la lucha permanecerá.

¿Quiénes serán recordados?  Los auténticos. Los que supieron ser ellos.

Hoy no pocos luchadores pierden la máscara con suma facilidad. Igualmente los técnicos pasan a ser rudos y los rudos a ser técnicos. La identidad no parece importarles mucho, los hay también que a cada rato cambian de nombre. Eso es malo para la lucha libre, ya que la lucha no es un juego, sino un arte deporte espectáculo, muy serio y trascendente.

La lucha no es un simple modo de ganar dinero. La lucha es una vocación, por parte del luchador y una devoción por parte del aficionado.

Es por ello que siempre crecerá la devoción de los aficionados a los que mantienen firme su vocación a la lucha libre.

La vocación se demuestra no faltando al respeto ni al aficionado ni a la lucha. Es una falta de respeto perder la identidad,  cambiarse el nombre y dejarse desenmascarar. Los enmascarados decididos a morir con la máscara, son cada vez menos. Hay quienes opinan en las redes sociales que es una fuente de ingresos para el luchador, pero no deja de ser una falta de respeto.

La lucha libre es mucho más que un show espectáculo de hacer dinero.

Correcto y necesario que cada luchador aporte a poner empeño en que las arenas se llenen.

Pero sin desvirtuar el sentido tradicional y permanente de la lucha libre que tanto tiene en sí de ritual sagrado, es por eso que una gran estrella de la lucha libre dijo algo muy acertado. Todos los luchadores son bendecidos, porque llevan alegría en el corazón.

La afición merece el mayor de los respetos y es por eso que aquellos que la respetan son sus ídolos por siempre.

¡Hasta la próxima caída!, es cuanto…

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