ROMAN MARTINEZ
Los seleccionados mexicanos que estuvieron a 10 minutos de pasar a la siguiente ronda, en partido de octavos de final, disputado ante Holanda, no quisieron vestirse de héroes, porque jugaron un muy buen primer tiempo y en el segundo les salió lo “ratonero”, porque cedieron la iniciativa a la “Naranja Mecánica”, que aprovechó y terminó ganándole a los nuestro con marcador de 2-1.
La mentalidad tercermundista y la baja autoestima salieron a relucir en el equipo Tricolor, porque en lugar de seguir luchando y llegando a la portería enemiga como en los primeros 45 minutos, con excelente juego de conjunto y pases en todas las líneas, parecían temerosos y cautelosos en la segunda mitad, en la que el “Piojo”, debió de ordenarles que metieran otro gol y después enfriaran el balón, hicieran que corriera el tiempo y disfrutarán el partido.
Es como cuando un boxeador ya tiene a punto de noquear a su rival y en lugar de tirarlo y asegurar el triunfo, lo deja revivir, eso es lo que le pasó a la selección mexicana, que tuvo dos caras en el partido, porque salió al relucir la mentalidad “ratonera” y en lugar de que el técnico mantuviera a Giovani, quien se le veía motivado y muy activo por todo el terreno, porque metió su gol, lo sacó y se terminó de tener la fuerza de los primeros 45 minutos.
Los holandeses veían que México se les estaba indigestando, porque una y otra vez pusieron en aprietos a sus defensas y portero, con jugadas bien elaboradas y tiros de lejos, que en la segunda mitad México jugó defensivo y temeroso, por eso, es que pagamos caro el haber cambiado la estrategia, porque ni con el “Chicharito”, que había sido la cabala y suerte de los aztecas, se pudo llegar a la meta contraria.
En la banca se quedó el “Gully” Peña y Marcos Fabián, entre otros, que son más técnicos y entrones que el “Chicharito”, pero así lo decidió Miguel Herrera, quien se ha de estar arrepintiendo de que sus instrucciones no fueron las mejores, porque no pudo ni supo mantener el marcador a favor, pues no se debió de ceder la batuta, ya que está comprobado que “caballo” que alcanza gana y eso fue lo que le pasó a la selección mexicana, aunque el “Piojo” quiera que los directivos de la FIFA sancionen al árbitro porque el penalti que nos marcaron no era, ya que el Rafa Márquez apenas si piso al delantero holandés, quien se vio muy hábil al lanzarse un clavado.
La celebración en el Ángel de la Independencia y en el Ceviche, no se pudieron realizar, porque en lugar de gritos de felicidad, lo que hubo fueron lágrimas de enojo y frustración, pero eso y más nos merecemos porque quedó demostrado, una vez más, que cuando se disputa un partido de Mundial hay que salir a dar todo durante lo 90 minutos y no echarse para atrás, ni ceder un metro de terreno, que fue lo que México hizo, aunque confiaran que el portero era el mejor del Mundial.
Ahora a trabajar otros cuatro años para el Mundial de Rusia, en el que ojalá y hagamos un mejor papel y no se justifiquen los seleccionados diciendo que el frío es muy fuerte y eso les congeló las piernas, porque si se le jugó de poder a poder a Camerún, Brasil y Croacia, así se debió de haber actuado ante Holanda, pero con mentalidad ganadora, olvidándose del juego ratonero”, porque somos un país grande y rico, con 130 millones de mexicanos que queremos tener una gran selección, porque ya no lo merecemos y hay jugadores que solo quieren esa oportunidad.