AFICIÓN DEPORTIVA
ROMAN MARTINEZ
Leo Messi recibirá por temporada, por renovación de contrato en euros, que está cotizado a 18.19 pesos, hasta el año 2018, la cantidad de 436 millones 560 mil pesos por temporada, por lo que es el jugador mejor pagado y cotizado del mundo, quien hace y disfruta, desde niño, lo que más le gusta en la vida, por lo que es un ejemplo a seguir por todos los profesionales de “la patada”, quienes deben de imitarlo, ya que es un ser humano que se entrega al 100 por ciento en los entrenamientos y en todos y cada uno de los partidos que disputa, pues es un espectáculo digno de disfrutar cuando corre y dribla al que se le pone enfrente en la cancha.
Messi, a quien tuvimos el honor de observarlo en un partido amistoso en el estadio “Olímpico Andrés Quintana Roo”, donde no todos los aficionados tuvieron esa magnífica oportunidad de verlo en vivo y en directo, porque los boletos los vendieron muy caros los organizadores de este encuentro, en el que también recibió muchas ovaciones el mexicano Giovanni Do Santos, está a punto de renovar contrato con el equipo azulgrana, Barcelona, hasta el año 2018, por lo que le pagarán lo que ningún jugador profesional de fútbol soccer ha ganado en su vida.
A la “Pulga”, como le dicen de cariño, le darán 20 millones de euros por temporada, más cuatro millones de euros por concepto de promoción, publicidad y eventos especiales en los que participará el mejor jugador del planeta, quien ha alcanzado fama y ha venido varias veces a Cancún, una de ellas con su novia, ahora su esposa, invitado con los impuestos del pueblo, por el mandatario quintanarroense, Roberto Borge Angulo, lo que nos ha retribuido a los quintanarroenses y en especial a Cancún, a que con su presencia este destino de fama internacional esté presente en los ojos del mundo y por consiguiente nos ha ayudado, en alguna medida, a que más turistas nos visiten.
Leo pactó con el directivo del equipo Barcelona, Sandro Rosell, cuyo contrato está avalado por el presidente, Josep María Bartomeu, para seguir incorporado en la escuadra baulgrana por cuatro años más, conjunto español que es de los mejores a nivel mundial, aunque no hayan ganado la Copa de la Liga de Campeones de Europa, la Champions League, de la UEFA, pues su cláusula de rescisión, si es que algún equipo estuviera dispuesto a contar con sus servicios, está tasada en 250 millones de euros, cantidad que pareciera imposible pagar por un jugador profesional de fútbol soccer, pues es algo nunca visto, pero cierto.
Leo Messi, con todo el dinero que ya tiene y el que va a ganar, sin duda tiene resuelta su vida por por varias generaciones de familiares o descendientes, ya que nunca antes, ni con el brasileño Edson Arantes Do Nacimento, “ Pelé”, ni con el argentino Diego Armando Maradona, “Pelusa”, llegó a hablarse de cantidades tan extratosféricas, que prácticamente suenan fuera de toda lógica, pero que en los hechos son toda una realidad, lo que significa que cuando un dueño de un equipo profesional del deporte más popular del mundo se aferra a tener a una estrella en sus filas, no mide ni escatima cantidad de dinero alguna para seguir con sus servicios, mientras lo tenga y disponga de él.
Por todo lo anterior, Leo es un ejemplo a seguir por todos aquellos que se dicen jugadores profesionales que, en su mayoría, prefirieron dejar los estudios y hasta una carrera universitaria, a cambio de convertirse en parte del espectáculo que más mueve masas y pasiones a nivel internacional, como es el hecho de vivir de “la patada”, porque no solo basta jugar bien y tener cualidades, sino demostrar que los miles o millones de pesos que dicen o creen valer y que les pagan, lo demuestren en el campo, que implica sacrificio, seriedad, constancia, disciplina y ejemplo dentro y fuera de la cancha, por eso, Messi es el jugador número uno de esta era a nivel mundial, porque es un derecho que ha trabajado desde niño y se lo ha ganado a pulso, al que lo único que le criticamos es que cuando vino a Cancún dejó con un palmo de narices a muchos de sus seguidores, principalmente niños, cuyas familias pagaron 500 dólares por estar en una cena, en lujoso hotel, a la que nunca llegó.