AFICION DEPORTIVA
ROMAN MARTINEZ
Vaya que si los seleccionados de México sacaron la casta y el orgullo aztecas, porque le jugaron de tú a tú a los brasileños, a quienes por momentos hicieron ver mal, aunque los cariocas llegaron con mayor peligro a la meta mexicana, que estuvo súper bien defendida por Memo Ochoa, quien en el primer tiempo paró una con lance espectacular un remate de cabeza de Neymar que iba a gol y la sacó a una mano, con estirada digna de jugada de Copa del Mundo, que quedará para la memoria y la historia de quienes disfrutamos de este emocionante encuentro.
Así es como todos queríamos ver a nuestros seleccionados, quienes antes eran los “ratones verdes” y hoy se subliminaron y jugaron con ganas y buen conjunto, subiendo y bajando, llegando y buscando el gol, con tiros que antes no hacían, buscando el gol con disparos de larga distancia, lo que significa que “El Piojo” les ha sabido imprimir un sello de buenos jugadores y de que cuando se quiere, se puede.
También los aficionados mexicanos que acudieron en gran número al estadio fueron un factor que influyó en el ánimo del equipo “tricolor”, porque cuando las cámaras afocaban al técnico brasileño se le veía preocupado, mientras que Miguel Herrera, estuvo más tranquilo que contra Camerún, dando instrucciones y haciendo los cambios requeridos en el segundo tiempo, a tal grado que estuvimos cerca de anotar, porque también el arquero carioca hizo su parte y evitó que le anotaran.
Pero sin lugar a dudas quien se llevó la tarde y las mayores ovaciones fue Memo Ochoa, quien demostró que está en su mejor momento y que por eso “El Piojo” le tuvo confianza, porque su experiencia y calidad la puso de manifiesto atrapando y rechazando disparos y cabezazos que la afición carioca lamentó que no terminaran en el gol del triunfo.
Fue un duelo en el que México demostró de qué está hecho, pero ojalá y no se les suba el humo a la cabeza a nuestros seleccionados porque no hay enemigo pequeño y no hay que menospreciar a los siguientes rivales del equipo de Croacia, ni pensar que con lo que hicieron ya están calificados o que pueden ser campeones del mundo, pues aunque se vale soñar, lo mejor es poner los pies en la tierra y seguir esforzándose para que a los 130 millones de mexicanos que somos nos hagan sentir satisfechos y orgullosos de que ahora si podemos llegar lejos, si no lo proponemos y luchamos como verdaderos guerreros aztecas.