Rosemy del Rosario Martínez Barcelata: el baloncesto como camino hacia los sueños

* Con una carrera marcada por el esfuerzo, la disciplina y el amor por el básquetbol, Rosemy es un ejemplo de cómo el deporte puede transformar vidas y abrir las puertas a grandes oportunidades

Por Andrés Dávila

A sus 26 años, Rosemy Rosario Martínez Barcelata ha dejado una huella imborrable en el baloncesto y ha materializado sus sueños gracias a este deporte. Seleccionada nacional y licenciada en contaduría, Rosemy actualmente combina su pasión por el básquetbol con su carrera profesional, ejerciendo como auxiliar deportiva en la Academia Kaalaks y trabajando como contadora. Su impacto en el deporte ha sido tal que la edición 2024 de la Liga Municipal Formativa de Baloncesto lleva su nombre, un homenaje a su esfuerzo y dedicación.

UN LEGADO DEPORTIVO QUE NACIÓ EN CASA

Aunque Rosemy fue la primera en su familia en practicar baloncesto, el deporte siempre fue parte de su vida familiar. “Nadie en mi familia practicó el básquet antes de mí, pero mi papá y mi mamá eran maratonistas, y mi hermano futbolista, que ahora es entrenador de básquet”, cuenta. Sin embargo, su camino en el deporte no inició con el baloncesto, sino con el fútbol. “Era una niña que pateaba todo menos el balón”, recuerda con humor. Después de intentarlo sin éxito, se inclinó por el atletismo, pero fue un profesor de educación física, Juan Díaz, quien la invitó a probar el baloncesto en la escuela, abriéndole así las puertas a un mundo que cambiaría su vida.

PRIMEROS PASOS EN LA CANCHA

A los 14 años, Rosemy ya jugaba en torneos de primera fuerza, y aunque se enfrentaba a competidoras mayores y de más estatura, nunca se dejó intimidar. “Fui una de las más pequeñas en edad y estatura, pero no me afectó”, asegura. En el torneo de la Asociación Deportiva Mexicana de Básquetbol (ADEMEBA) fue donde realmente se destacó, lo que le permitió ser seleccionada para la pretemporada de la selección de Quintana Roo. Aunque una lesión de ligamentos le impidió representar a México en un mundial, Rosemy continuó demostrando su capacidad en la cancha, destacándose como la jugadora más valiosa de la Universidad Marista en el certamen nacional de 2019.

FAMILIA Y EDUCACIÓN: PILARES DE SU ÉXITO

El baloncesto no solo le brindó satisfacciones deportivas, sino que le abrió las puertas de la educación. Gracias a una beca deportiva, Rosemy pudo cursar la licenciatura en contaduría pública en la Universidad Marista de Mérida, cumpliendo uno de sus mayores sueños. “Poder pagarme mi universidad sin que mi papá tuviera que desembolsar fue una gran satisfacción”, comenta. Tras graduarse, decidió volver a Cancún para estar cerca de su familia, a quienes siempre ha visto como un pilar fundamental en su vida.

EL FUTURO EN SUS MANOS

Hoy en día, Rosemy sigue disfrutando del baloncesto, aunque sus responsabilidades laborales sean muchas. “Aunque ya no tenga competencia a mis 26 años, si juego, me gusta hacerlo bien”, afirma. A nivel personal, su mayor sueño ahora es formar una familia, un anhelo que espera cumplir con la misma determinación que la ha llevado a triunfar en la cancha y en la vida.

ADMIRACIÓN POR LOS GRANDES DEL BALONCESTO

A lo largo de su carrera, ha tenido la oportunidad de admirar a grandes figuras del baloncesto, tanto a nivel internacional como local. Kobe Bryant es su referente máximo, pero también tiene un gran respeto por Edwin “El Pajarito” Sánchez, una leyenda del baloncesto local, a quien tuvo la oportunidad de ver jugar en su mejor momento.

REFLEXIONES SOBRE EL BALONCESTO FEMENIL

A pesar de sus logros, Rosemy reconoce que el baloncesto femenil en México enfrenta aún grandes desafíos. “Me encantaría decir que tenemos el mismo apoyo que el varonil, pero no es cierto. No existe una Liga Mayor Femenil en Cancún”, lamenta. Sin embargo, está convencida de que el talento y potencial de las mujeres en este deporte es incuestionable, y espera que en el futuro se brinden más oportunidades para que el baloncesto femenil crezca y prospere.

Rosemy Rosario Martínez Barcelata es un claro ejemplo de cómo el deporte puede transformar vidas, no solo en lo físico, sino en lo personal y profesional.

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