El Pulso
Por José Pinto Casarrubias
A pesar de que el Atlético de Madrid dominó prácticamente durante los 90 minutos de tiempo reglamentario en la final de Champions League en Lisboa ante el Real Madrid, en la compensación la ilusión de obtener su primer título de esta codiciada Copa de Europa se les truncó cruelmente a los “colchoneros” y en el séptimo tiro de esquina, -el de la buena suerte-, ya sobre la hora, Sergio Ramos con un tremendo cabezazo, casi desde el punto penal y partiendo desde el borde del área, mandó a tiempos extra la final de la Champions League empatando a un gol este duelo que marcó el principio del fin para el Atlético de Madrid.
A base de mucho corazón y carácter, el equipo merengue tomó su segundo aire en el alargue y literalmente borró del campo al Atlético, a pesar de que nunca bajaron los brazos, pero en el minuto 109, el galés Gareth Bale, tras un rechace del arquero a tiro de Di María, de cabeza anotó el 2-1y puso el segundo “clavo” al “ataúd” del Atlético, que a partir de ese momento se desplomó anímicamente.
Lo demás ya fue historia, el Real metió el tercero al minuto 117 y dos minutos después, a uno del final y desde el punto penal, CR-7 sentenció el juego 4-1 y la escuadra merengue se hizo de su décimo título, ahora con Ancelotti como técnico.
De esta forma, el Real Madrid cerró una temporada de manera decorosa, pues le faltó el título de la liga española, pero logró la codiciada “orejona” y esa misma noche viajaron a Madrid, donde el equipo merengue festejó ya durante la madrugada del domingo en el estadio Santiago Bernabeu y en la Plaza de las Cibeles su décimo título, ante más de 100 mil aficionados consiguiendo un doblete con la obtención de la Copa del Rey y la Champions, cosa que no lograba desde 1989, ¡Felicidades! al campeón de Europa.