DUNCAN, LEBRON Y EL ANILLO PENDIENTE

La perpetua excelencia de los Spurs avala su desquite frente al arrollador ‘big three’ de Miami

 

Si algo distingue a los Spurs es que son incombustibles. Siempre están ahí. Hace 17 años que disputan los playoffs y han ganado cuatro anillos de campeones desde que Gregg Popovich empezó su primera temporada completa en su banquillo, la misma en que debutó un pívot de Islas Vírgenes llamado Tim Duncan. Es un equipo admirado por la consistencia y eficacia de su estilo, coral, heterodoxo, con jugadores de muy diversas procedencias, franceses, italianos, brasileños, australianos, canadienses… el paradigma de la globalización de la NBA. Ese equipo había ganado las cuatro finales que había disputado y, hace un año, en el American Airlines de Miami, paladeaba el repóquer, pero los Heat de LeBron James les arrebataron la gloria. Cinco puntos y 28 segundos separaron a los Spurs de su quinto anillo. Un año después, vuelven a la carga.

“Tener el coraje de volver todos los años para intentar ser el mejor equipo posible exige una sagrada fuerza de carácter que existe en todos nuestros jugadores. Todo descansa en su estado de ánimo”, dice Popovich, de 65 años, el exigente, respetado y longevo entrenador forjado en la Academia del Aire de Estados Unidos. Esas virtudes son las que han vuelto a demostrar los jugadores de los San Antonio Spurs que solo sufrieron en la primera ronda de los playoffs ante Dallas (4-3) antes de eliminar con autoridad a Portland (4-1) y Oklahoma (4-2). Antes se aseguraron la ventaja de cancha en todas las eliminatorias y también ahora en la final, al finalizar con el mejor balance de la temporada regular: 66 victorias y 22 derrotas. La cosecha es un tesoro que les permite afrontar la final ante los Heat con la ventaja de cancha.

 

Los Heat optan a su tercer título consecutivo, logro que nadie alcanza desde los Lakers en 2002

La conjura después de su derrota en la final del año pasado ha funcionado. Duncan, a sus 38 años, ha completado una espléndida temporada. Ginóbili, a punto de cumplir 37, mantiene intacta la garra, la inteligencia táctica y el acierto que le sitúan como uno de los mejores sextos jugadores de las últimas décadas. Parker es uno de los mejores bases de la Liga, como ya se demostró cuando recibió el premio al MVP de las finales en 2007. En el preludio de la temporada, subió otro peldaño al conquistar con la selección francesa el Eurobasket de Eslovenia. En el último partido ante Oklahoma se lastimó el tobillo izquierdo. No pudo jugar la segunda parte ni la prórroga. Pero los Spurs ganaron igualmente a los Thunder. Una muestra más de su solidez como equipo. Pero es indudable que el estado físico del jugador francés será vital para los Spurs en la final. Sobre el papel, sus pívots parten con ventaja, con Duncan, Splitter, Diaw y Bonner. (agencias)

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