Con solo 12 corredores, y una media de edad superior a los 30 años, el pelotón español es el séptimo por número
Apenas quedan viejos directores, descreídos, de vuelta, en el pelotón ciclista. El mando lo han pasado a una generación de exnuevos, excorredores que se acercan o acaban de pasar los 40, y que aún conservan en la mirada una cierta pasión por el ciclismo, una llama. Ellos, gente como Arrieta, Florencio, Azevedo (el portugués que fue ciclista en el ONCE y al lado de Armstrong, y ahora guía a Purito), Cioni…, lo llaman amor por el oficio, curiosidad, gusanillo, y a ellos, que les gustaría que a los ciclistas a los que llevan fueran en eso como ellos, les llevan los demonios cuando observan cosas que les dejan perplejos, como, por ejemplo, el desprecio por el libro de ruta, el tocho llamado Garibaldien el Giro, que entregan a cada corredor y en el que figuran mapas, perfiles y detalles de todas las etapas.
«Antes, cuando te lo daban», cuenta Arrieta, el director del Movistar de Nairo Quintana, «no dormías casi la primera noche, estudiando todos los trazados, pensando en cuál sería el mejor para tu idea de aventura, tu obligación de trabajar, analizando los días en los que podría haber viento, las subidas, todo… Ahora, en cuanto se lo dan, lo dejan tirado en cuanto pueden, se quitan un peso de encima y vuelven rápido la mirada a los smartphones para tuitear o ver sus facebook. Ahora la primera preocupación de un ciclista cuando llega a un hotel es saber cómo está el wifi…».
Exagera seguramente Arrieta, que es de pronto fuerte, pero señala una de las cosas que han cambiado en el ciclismo desde que él lo dejó, no tanto, no llega ni a cuatro años, hasta ahora. De otros cambios, más profundos, más sintomáticos, se da cuenta, por ejemplo, cuando en la reunión del equipo en el autobús antes de una etapa, empieza a contar y comprueba cómo en su equipo, el único con licencia española en el WorldTour, el número de ciclistas españoles apenas supera el 50%, y que fuera de ellos, en este Giro, apenas hay corredores españoles. Se repasa la lista de los 198 inscritos y en total solo hay 12: cinco en el Movistar (Castroviejo, Anton, Izagirre, Herrada y Ventoso); cuatro en el Katusha (Purito y sus fieles Losada, Moreno y Vicioso), uno en el Garmin (Koldo Fernández de Larrea), otro en el BMC (Samuel) y Landa en el Astana. La masa española, que normalmente era mayoritaria en las grandes carreras por etapas, no es más que la séptima en el Giro del 2014, superada por la italiana (59), francesa (18), holandesa (17), belga (15), colombiana (14) y hasta australiana (13). Y el que haya más colombianos que españoles alcanza su pleno valor simbólico en el propio Movistar, cuyo líder, y máximo favorito para la victoria final, es colombiano, Nairo Quintana. Y más aún, otro de los favoritos, Urán, también es colombiano.
La demografía del pelotón también juega en contra del ciclismo español, cuyo mejor corredor, el que más esperanzas despierta, este Giro es Purito Rodríguez, que cumple 35 años el lunes. Mientras la media general de edad del Giro es de 28 años y 174 días, la de los 12 españoles es de 30 años y 328 días. Y entre los 38 ciclistas nacidos después del 1 de enero de 1989 y que optan a la maglia blanca de mejor joven solo hay un español, Landa, que cumple 25 años en diciembre. El máximo favorito para esta prenda es, evidentemente, colombiano, Quintana, de 24 años, que seguiría así la última tradición del Giro, cuyos dos anteriores mejores jóvenes, Urán en 2012 y Betancur en 2013, también fueron colombianos. El más joven entre los participantes, con 20 años es, naturalmente, colombiano, Sebastián Henao, primo de Sergio Henao, que debuta con el Sky. Al menos, ninguno de los dos cuarentones, los dos más viejos, Petacchi y Hondo, son españoles…