El año del Mundial de fútbol está siendo también el año del uruguayo Luís Suárez, el delantero del Liverpool, máximo goleador de Europa, quien junto con su compatriota Edinson Cavani, delantero del París Saint-Germain, forma parte de la élite de los jugadores mundiales. Dos uruguayos que no salieron de una generación espontánea sino que vienen de una pequeña nación de 3,3 millones de habitantes conocida por ser exportadora de profesionales del balompié.
Uruguay llega a Brasil 2014 como cuarta selección en Sudáfrica 2010, campeona de América en 2011 y quinta en el ranking de la FIFA. Con una liga nacional que mueve 34 equipos de primera y segunda división, 29 de ellos de Montevideo, el campeonato uruguayo pesa menos de diez millones de dólares anuales en derechos de retransmisión televisivos y sus jugadores son los peor pagados de América Latina junto con los bolivianos. Y sin embargo, su selección es un milagro que el entrenador de La Celeste, el reverenciado Oscar Washington Tabárez, explica como producto de toda una “cultura futbolística”.
El maestro, como lo llaman en Uruguay, inició en 2006 un cambio de la estructura de competición con el objetivo de superar lo que llamó “la brecha de la globalización” que provocó la salida de los mejores jugadores a equipos extranjeros. Tabárez puso especial dedicación en buscar el perfil perfecto del jugador destinado a llegar a La Celeste, ese “patriota” capaz de ganar en las grandes ligas europeas y también de darlo todo en casa.
La Celeste, que en la primera ronda se enfrentará el 19 de junio a Inglaterra y después a Costa Rica e Italia. La selección representa ahora lo imprevisible en un mundo en el que los más poderosos casi siempre ganan.
Confrontado a tan altas expectativas, el maestro Tabárez se esfuerza en quitarle presión a sus jugadores. El pasado abril explicaba a varios medios extranjeros: “¿Uruguay llegaría a la final en base a qué?, ¿a la población?, ¿por organización?, ¿por poderío económico?, ¿por grandes actuaciones internacionales?» , planteó Tabárez. “Alemania tiene tres veces más futbolistas federados que nosotros de población total”, añadió. “En el fútbol también hay un primer mundo y un tercer mundo”.
Sin embargo, contra el pesimismo de Tabárez conspira todo un palmarés. Uruguay, vencedor de dos Mundiales (1930 y el Maracanazo de 1950) y no menos de quince Copas América, tiene su lugar destacado en la historia del fútbol. O en la “prehistoria”, como se burlan algunos.