Es leyenda Azteca, quien se hizo luchador hace 35 años en Puebla, vivió en estados Unidos donde ganó un cinturón y desde hace 16 años radica en Cancún,. Donde además de hacer funciones de lucha, diseña máscaras y tiene una zapatería que él mismo atiende y quiere hacer una función para su despedida
Por José Pinto Casarrubias
Tiene 35 años como luchador, pues no se ha retirado aún, pero ya considera esa posibilidad, aunque menciona que reales son 25 años, donde estuvo día a día entrenando y luchando, pues ahora su negocio le impide acudir al gimnasio como él quisiera. Es un hombre sencillo, de mirada franca y trabajador, pues todos los días abre su zapatería “la Chiquita” a las 9 de la mañana, donde atiende personalmente a sus clientes y hace máscaras que le piden por todo el país, además de hacer funciones de lucha libre en Cancún.
Se trata de Leyenda Azteca, no revela su identidad, pues nunca ha perdido la máscara. Es sobrino de Saeta Azteca, nació en el estado de Guerrero, aunque sus inicios en la lucha libre tuvieron lugar en Tehuacán, Puebla, en el 1979, cuando tenía alrededor de 16 años, empezó a realizar giras a distintas ciudades del país haciendo sus pininos, pero siempre le llamaron la atención las máscaras y su ídolo fue “El Villano Tercero, tan es así, que hizo los diseños de sus trajes y máscaras.
Uno de sus grandes sueños era poder ser cantante, pero no tuvo la fortuna de estudiar música por falta de recursos económicos y en el deporte encontró otra de sus pasiones, sin imaginar que los trancazos eran duros, pero él buscaba el aplauso de la gente, se metió a los gimnasios a entrenar, pues considera que el reconocimiento de la gente es lo más grande.
A podido saborear ese aplauso y el cariño de la gente, muchos de sus alumnos ya le dicen profe y eso le gusta mucho, pues sus conocimientos los comparte con la gente joven que busca un lugar en los encordados.
“Hay leyenda Azteca para rato, hay muchachos que ven en mi algo y a veces me invitan al gimnasio a entrenar, pero con mi horario de 9 am a 9 pm, pues ya salgo cansado, pero si estoy a punto de regresar, porque también hay gente que no cree en mi, no tengo porque decirles quien soy, hay luchadores, buenos, medios y mediocres, yo me siento aún capacitado a un nivel medio, no en la cima, pero tampoco abajo y quiero demostrarles y callar muchas bocas, pero también darle ese gusto a la gente que me quiere de regreso y algún día lo haré, aunque sea para retirarme y quitarme la máscara, porque no hay quien le de la talla a esta máscara”.
Su gran amigo, El Súper Muñeco
Leyenda Azteca nunca ha perdido su máscara y explica a Diagonal que al no ser nativo de Cancún, hay mucha gente que no lo conoce, pues en sus años de inicio la tecnología estaba en pañales y no existían las redes sociales.
Leyenda Azteca también hace diseños y los vende a diferentes partes del país y otras que solo hace por gusto, máscaras de tamaño normal y mascaritas.
Muchas de ellas se las piden sus amigos luchadores, les mandan los diseños y él las hace, por ejemplo la de los hermanos Aristóteles, Huracán Ramírez, o su gran amigo el Súper Muñeco, que lo visita en Cancún y lo considera como un hermano, pues desde 1982 hicieron una alianza y desde entonces hasta la fecha, siguen siendo muy unidos.
Sus anécdotas
Platica que una vez luchando en Puebla, un contrario le hace una llave a su compañero y le gritaba ‘quítame lo pendejo’, pero no se si me hablaba a mí queriendo decir quítamelo o le decía al luchador que le quitara lo pendejo, dice entre risas.
“Hay muchas anécdotas, hay de todo, le doy gracias a Dios por haberme permitido por haber desfilado a lado de los grandes, porque estuve dentro de los grandes, por ejemplo el Dr. Wagner, Perro Aguayo, Villano Tercero, Canek, Dos Caras, Mil Máscaras, yo apenas empezaba, pero tuve la oportunidad de estar en las segundas luchas, no en la estelar, pero si con el tiempo la gente te va colocando donde tienes que estar…
…entonces fui escalando hasta llegar no a enfrentarme a Santo o Blue Demon, porque éramos del mismo bando, pero si con otros personajes como Ángel Guardián, Caballero Águila y pude conocer a mucha gente, me echan la mano cuando hago funciones en la Plaza de Toros, de hecho tengo amistad con mucho de ellos, sobre todo con los técnicos”.
Vivió en, California, Estados Unidos, luchó en San Antonio Texas, donde ganó un cinturón, pero su tierra lo llamó y regresó, pero esta vez para radicar en Cancún donde tiene familiares, empezó a realizar funciones y puso una zapatería que se ubica a un costado del Mercado El Parían.
“Ante yo solo vivía de la lucha libre, viajaba por todo el país, pero el tiempo va pasando y ya no es lo mismo, hay chavos que vienen detrás de uno y hay que darles chance y enseñarles para que vayan avanzando, pues asegura que es un deporte de mucha dedicación y trabajo, no solo ponerte una máscara y subirte al ring, tiene que dedicarte todos los días a tu profesión, sino no sirves”.
Está felizmente casado, tiene dos hijos, uno de ellos heredó su apodo, como Leyenda azteca Jr., pues también le gusta la lucha libre y su otro hijo es comerciante, está orgulloso de su familia.
Piensa quedarse a radicar ya en este destino turístico, donde lleva ya 16 años, mismo tiempo que tiene su zapatería, donde atiende personalmente a los clientes.
Incluso muchos niños que lo ven con su máscara les da su autógrafo con mucho gusto y se toma fotos con ellos.
“Cosa curiosa, a mi hijo mayor lo llevaba a las luchas, pues tenía la ilusión que siguiera la leyenda, pero ahora no le gusta mucho, el me ayuda con los eventos y todo eso, pero el más chico que se quedaba en casa y no iba a las funciones, es el que ahora está luchando, pero así suceden las cosas, pero a los dos los apoyo”.
Le gustaría retirarse en Puebla
Explica que ahora si ve lucha libre, pero no como antes, no hay mucha identidad, no la ve como la vía antes, solo por costumbre, y asegura que quizá sea por culpa de los empresarios, aunque entiende que las cosas van cambiando y no se puede regresar.
A pesar de que tiene las rodillas maltratadas, los tobillos y otras dolencias, Leyenda Azteca sigue activo, quizá no cómo el quisiera, pero promete con regresar solo para despedirse de las arenas de lucha.
“No te puedes retirar tan fácilmente, como decir aquí cuelgo los guantes y ya me voy, no es así, es poco a poco, pero nunca lo dejas por completo, te metes en las máscaras, en armar funciones, pero siempre estás metido en la lucha, de una u otra forma”.
Le gustaría retirarse en Puebla, donde inició como luchador, con todos sus compañeros y ahí dar las gracias al público y quitarse la máscara y ponerla en un rincón muy especial de su casa o de su negocio, seguramente al lado de sus cinturones o de otras de las más de 245 máscaras que conserva de muchos ex compañeros de la lucha libre.
De esa forma se despide de nuestro lectores Leyenda Azteca, quien podría platicarnos mucho más de su vida arriba del ring, pero seguramente habrá más oportunidades de charlar con este gran personaje.