Una lesión en el básquebol hizo que la extinta Soraya Jiménez pisara un gimnasio de pesas, donde fue descubierto el potencia que tenía para la halterofilia
Magaly Jiménez, su hermana gemela, con mayores probabilidades de destacar en el mundo del levantamiento de pesas, pero desafortunadamente a los 15 años desarrolló artritis reumatoide juvenil, un mal genético
Quintana Roo cuenta con alto potencial en deportes individuales pero en conjunto “está frío”, por lo que falta preparación física, dice entrenador, que también ha preparado a Joel Sotelo, Margarita Tapia, Claudia Flores y Horacio Llamas, entre otros
SERGIO MASTE
Conforme el atleta va obteniendo resultados se van modificando las rutinas de ejercicios “y consideró que a Soraya Jiménez no le fueron trabajando la compensación y el descanso adecuado al nivel de exigencia que se le tenía: aceleraron su proceso de fortalecimiento. La carga estuvo descompensada, ya que vieron su potencial para Juegos Olímpicos y buscaron sacarle más provecho y descuidaron la parte del descanso”, así lo aseguró Ignacio Fuentes Becerril, que fue quien le descubrió el potencial que tenía en halterofilia.
Cuando laboraba para un Club Cuicacalli, del Estado de México, conoció a Soraya Jiménez, a sus 14 años. “Soraya no era levantadora de pesas, era jugadora de básquetbol y ella había sufrido una lesión en la rodilla, producto de una mala caída en el básquet. Un médico la canalizó al gimnasio de pesas después de haberle dado un tratamiento y fue en el club para fortalecer su pierna. Trabajo con ella realizando ejercicios del levantamiento de pesas propios del COM para su rehabilitación.
“Fue en el trascurrir de su terapia cuando me doy cuenta del potencial que tenía para el levantamiento de pesas, la seguí trabajando y motivando. En una invitación que nos llegó para participar en una exhibición de una escuela del Distrito Federal en 1992, asiste Soraya y rompe el récord nacional en su categoría, sin ella saberlo, pero los que estábamos ahí, la gente del medio y los que sabíamos detectamos que tenía talento para la halterofilia”.
Revela que Magaly Jiménez, hermana gemela de Soraya, tenía más potencial para el levantamiento de pesas, pero desafortunadamente a los 15 años desarrolló artritis reumatoide juvenil y no pudo realizar más trabajo de fuerza. Un mal de herencia de su mamá María Dolores Mendívil, que padece artritis reumatoide degenerativa.
SU PRIMER TRIUNFO INTERNACIONAL
Pero es el año 1993 cuando Soraya Jiménez participa en un evento internacional, en Colorado Springs, en la Copa Norceca, donde obtiene el tercer lugar en su categoría. Pero a nivel nacional no tenía competencia alguna, ya que a evento que asistía salía triunfante rompiendo marcas.
Fuentes Becerril continuó trabajando con ella, fortaleciendo y desarrollando músculos de alto nivel para competir en eventos internacionales. En 1996 logra su primer lugar en el Torneo Internacional Simón Bolívar en Carúpano, Venezuela, implantando récord mexicano en
arranque y envión. Luego siguieron viniendo triunfos y más triunfos.
En 1998,Ignacio Fuentes Becerril tomó la decisión de abandonar el DF por la salud de su hija y el COM no le permitió continuar con el entrenamiento de Soraya Jiménez, que hubiera sido a través de rutinas de ejercicio que le enviaría y cuando fuera necesario iría personalmente.
Cuando llega el búlgaro Gueorgui Koev a la vida deportiva de Soraya, quien fue el que cosechó halagos por la estela de triunfos de la mexicana, incluida la presea olímpica en el año 2000, una presea muy costosa, ya que no volvió a ser la misma desde entonces porque las lesiones, ese factor imprevisible para cualquier deportista, no la dejaron en paz: más de 14 operaciones en la pierna izquierda, que le quedó frágil como la de una octogenaria, la pérdida de un pulmón por padecer influenza AH1N1, y cinco paros cardiorrespiratorios uno de los cuales la dejó en coma durante 15 días.
Sus logros se cuentan por racimos, mujer tenaz de convicciones inquebrantables que aceptó todos los retos por difíciles que fueran sin amedrentarse. Pero la muerte se llevó de un infarto la tarde del 28 de marzo de 2013 en su domicilio, a la edad de 35 años. Una muerte inesperada para la mujer que logró romper paradigmas en una disciplina como la halterofilia considerada por muchos un deporte exclusivo para hombres y que fue su pasión regalando a México la primera medalla de oro ganada por una mujer en Juegos Olímpicos ese memorable 17 de septiembre del 2000 en Sydney, Australia.
EMIGRA DEL DF POR LA ENFERMEDAD DE SU HIJA
Ignacio Fuentes Becerril llegó hace 16 años como resultado de una enfermedad que aquejaba a su hija Alejandra en el Distrito Federal, cuando el médico les recomendó emigrar la ciudad por el problema constante en las vías respiratorias de su hija de dos años. Al cuarto día de haber llegado a este polo turístico le dejaron de aplicar el medicamento y nunca más fue necesario utilizarlo.
“Dejar a Soraya para venirme a Cancún por la salud de mi hija, lo consideró ella como una traición, no lo entendió, tenía 21 años. Después de años de trabajar con ella y dejarla cuando estaba su preparación en su apogeo para las distintas competencias, le disgustó porque quería tenerme como entrenador, pero no era posible.
“Una mañana realizando ejercicios con mis alumnos me doy cuenta que estaba la competencia del levantamiento de pesas en los Juegos Olímpicos y para mi fue muy grato ver por la televisión que se agenciaba la medalla de oro, paso que estaba seguro que daría porque era algo por lo que habíamos trabajado y siempre estuvo en nuestra mente lograr esa gran meta; el cúmulo de triunfos le dio a Soraya la fortaleza física y mental, y la experiencia necesaria para llegar a triunfar en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000”.
MUERTE REPENTINA
“Su muerte fue inesperada, me tomó por sorpresa. Había convivido con ella en diciembre (2012) anterior a su muerte. Anteriormente en los selectivos estatales en el 2004 la volví a ver en Chetumal, fue nuestro reencuentro y reconciliación, entendió porque la había dejado. Lloramos juntos abrazados, muy bonito. Después de ello nos volvimos a ver en Toluca en el 2012, en una competencia, ya que ella trabajaba para el Estado de México como detectora de talentos de halterofilia y yo lleve a un grupo de chicos a un evento de karate, pero también había competencia de pesas, por lo que al acercarme al sitio la vi y nos saludamos efusivamente.
“Ahí me percate del sobrepeso que ya tenía como producto de las intervenciones que tuvo y toda la química que tuvieron que administrarle por todas las operaciones realizadas; ahí me enteré de la enfermedad que la aquejaba y pasé con ella todo el fin de semana en la competencia. Fuimos a visitar a su familia, conozco muy bien a sus padres, a sus hermanos, a sus abuelos. En una plática me confesó que no se sentía bien, que algo tenía en el cuerpo que no la dejaba dormir, incluso. Su muerte fue un día antes de mi cumpleaños. Asistí al sepelio y observé por 5 minutos el cuerpo de Soraya que yacía en un ataúd”.
Egresó de la Escuela Superior de Educación Física en el año 1989, pero desde 1987 estaba en el Comité Olímpico Mexicano como entrenador con Especialidad en Levantamiento de
Pesas, avalado por el Comité Olímpico Internacional; cuenta con maestrías, ha sido catedrático y coordinador deportivo en diferentes centros de enseñanza en el país; especialista en preparación física de equipos de futbol americano de Liga Mayor y Menores; asesor externo de Clubes Casa Blanca en Preparación Física con Pesas, entre otras actividades que avalan el largo curriculum de un especialista en el deporte.
Pero el profesor Ignacio Fuentes Becerril no sólo ha entrenado a esta mujer deportista ejemplar, que vivirá en nuestra mente y nuestros corazones por siempre por el logro olímpico, también a varios campeones nacionales de halterofilia; Margarita Tapia, corredora de la Maratón en Juegos Olímpicos en 2000 y 2004; Joel Sotelo, jugador de Voleibol de Playa Juegos Olímpicos de Atenas Grecia 2004; Claudia Flores, calificada a los Mundiales de Medio Iron Man en 2010 en Clearwater y Las Vegas, Nevada 2011 y en Cancún es preparador físico personalizado de Horacio Llamas, ex jugador de la NBA y auxiliar del Coach de los Pioneros de Quintana Roo.
HUELLA EN CANCUN
En este polo turístico trabajo con el equipo “Rebotera” de Primera Fuerza, con el salieron campeones en varias ocasiones; y un paso controvertido con el Atlante, que él mismo nos relata:
“Trabajaba con los Pioneros de Cancún como preparador físico y ante la llegada del Atlante, cambió a Pioneros Potros de Cancún y trajeron como entrenador a César «El Chispa» Suárez, para el Torneo Apertura 2007, quien a partir de ese mismo momento se hizo cargo del equipo, teniendo como su auxiliar a Daniel ‘Topo’ Moguel.
“Y ahí los jóvenes futbolistas tenía la oportunidad cada ocho días de jugar un interescuadras con el primer equipo, situación que les ayudará para mejorar sus condiciones como jugadores, pero el Profe Cruz se sorprende del fútbol y preparación que tenían los chicos en la Segunda División, por lo que solicita al Profe Barrón, preparador físico de los Potros, que hicieran migas conmigo, ya que en los partidos nuestros muchachos los barrían completamente.
“Por lo que no pasó mucho tiempo cuando me pidieron que preparara físicamente a los atlantistas, que eran deportistas profesionales, pero distaban mucho de serlo, porque estaban sin condición, pero con el trabajo adecuado con una exigencia más alta, llegaron a ser campeones.
“Teníamos atletas deportivos en Pioneros Potros de Cancún, pero ante la salida de «El Chispa» Suárez el trabajo que había venido realizado se cayó, por una desorganización que se generó por una mala administración, incluso que se acabaron llevando la filial a Guerrero. El Atlante menospreció al talento local y la continuidad con el equipo de Segunda División, sin temor a equivocarme, hubiera permitido tener ahora equipo de Primera División Profesional”.
Además echó andar la coordinación deportiva en la Universidad del Caribe, con el apoyo de la administración, profesores y alumnos se logró y se fortaleció la vida institucional de la Universidad, donde se lograron diversos reconocimientos a nivel nacional.
Desde hace 7 meses trabaja con Horacio Llamas, ex jugador de la NBA, para su rehabilitación y cadera. Y con el trabajo realizado ya “está como nuevo”. Además desde hace 9 años es entrenador personalizado con Gerardo Treviño, Lorena Obregón, Roberto Chapur; además de preparar a jugadores de fútbol americanos con deseos de ingresar a las universidades.
DEPORTE EN QUINTANA ROO
Desde hace una década Quintana Roo ha ido mejorando el deporte, existe apoyo, aunque en esta ocasión el medallero de la Olimpiada Nacional se fue a la baja pero es normal, ya que los jóvenes van creciendo y cambian categoría. El tenis de mesa y la halterofilia dejan muchas medallas al estado, pero lo que si es una realidad es que Quintana Roo cuenta con alto potencial en deportes individuales pero en conjunto “está fríos”, por lo que falta preparación física.