De vez en cuando el bicandidato presidencial y expresidente legítimo, Andrés Manuel López Obrador, sale del ostracismo en el que se ha mantenido, sobre todo después del ataque al corazón que incluso lo llevó al hospital. Ahora ya más repuestito le ha dado por irse a la yugular de medio mundo.
Uno de los casos que más llamó la atención fue que descalificará al columnista de La Jornada (¡Sí, de La Jornada), Julio Hernández López, por atreverse a cuestionar los métodos monárquicos de AMLO para designar candidaturas por Morena a puro dedazo, sin consultar a sus bases como siempre lo ha pregonado.
El ex jefe de gobierno del DF no aguantó vara y casi lo acusa de traidor, pasándolo al lado de los conservadores (sea lo que sea que eso signifique para AMLO). Y es que así nomás, por designio celestial –el suyo pues- destapó a Yeidckol Polevnsky para ser candidata en el municipio de Naucalpan y a Layda Sansores para la gubernatura de Michoacán. Por si fuera poco, lo último que soltó en su cuenta en Twitter fue el siguiente mensaje: “Existe el rumor de que EPN está enfermo. Ni lo creo, ni lo deseo. Pero es una buena salida para su renuncia por su evidente incapacidad”. Eso sí, lo crea o no lo que sí hizo fue darle rienda suelta al rumor.
Está claro que sin campañas o cargo público AMLO se está aburriendo. Y aún falta un año para la siguientes elecciones. Dan ñañaras de sólo imaginar con qué nos saldrá en ese tiempo.