En la final de ida por el Ascenso a Primera División, Estudiantes igualó 0-0 con los Leones Negros
Uno de ellos tomará el lugar del Atlante en la Primera División. Pero de momento, el rumbo no está definido. El 0-0 entre Estudiantes Tecos y Leones Negros mantiene la incertidumbre hasta el partido de Vuelta. Nada está escrito.
En la Perla Tapatía, este no es un encuentro cualquiera. Se trata de un Clásico estudiantil: la Universidad de Guadalajara, la gratuita, la del pueblo, frente a la Universidad Autónoma de Guadalajara, la de paga, la de los pudientes. Esa polaridad clasista le ha permitido despertar pasión a lo largo de los años. Hoy, además del orgullo, hay otra cosa importante en juego: el ascenso a la Primera División.
Los Leones Negros juegan en cancha ajena, pero ejercen como locales. En la tribuna, sus aficionados han llenado el Estadio Tres de Marzo y en el terreno de juego, asume la iniciativa como si fuera el obligado a sacar ventaja. Durante los primeros 10 minutos consolida un dominio importante del esférico, pero estéril en el marcador.
Jesús Vázquez se encarga del primer aviso. Controla la redonda fuera del área. Realiza un recorte con el que se quita la marca y saca un tiro potente, pero directo a la colocación del arquero Carlos Velázquez, quien pone duros los puños para rechazar a tiro de esquina, al ‘7. El grito de «¡UdeG, UdeG!» explota en la grada, como si se tratara del Estadio Jalisco.
Pero ese control inicial resulta inútil. Estudiantes Tecos recuerda por algunos instantes que es el obligado a buscar ventaja si quiere regresar al máximo circuito, del que descendió hace dos años, pues cerrará la serie como visitante. Al ’12, Juan Ezequiel Cuevas recibe por el costado izquierdo. Controla, perfila y dispara con fuerza. Obliga al vuelo del portero Humberto Hernández, que no llega al esférico, pero cuenta con la fortuna de verlo salir apenas por un costado.
Esa es prácticamente toda la respuesta de los locales. El partido transcurre con entradas fuertes por parte de ambas escuadras y resbalones constantes a causa del césped mojado. La lluvia no cesa a lo largo del encuentro. Ha caído sobre la cancha del Tres de Marzo desde varias horas antes de este encuentro de ida.
Los Leones Negros poseen la cualidad de persistir. Van al frente, aunque sus aproximaciones tampoco son demasiado claras: César Valdovinos recibe una pelota profunda por derecha y decide disparar, con poco ángulo, en lugar de centrar, para que la redonda termine en manos del arquero (’19); más tarde, Édgar González conecta un cabezazo a las manos de Velázquez (’32) y enseguida, Jesús Palacios cobra un tiro libre con fuerza y escaso de altura, en busca de aprovechar el pasto mojado con un bote, pero el portero controla adecuadamente (’35).
Se van al descanso con la igualdad en el marcador. La ausencia de goles parece convenir a la Universidad de Guadalajara, equipo desaparecido de la Primera División en 1994 y que volvió al profesionalismo, para militar en la Liga de Ascenso, en 2009. El sueño de volver al máximo circuito luce alcanzable, considerando que cierra en casa la serie, pero sin ventaja en el marcador, nada puede darse por seguro.
Para la segunda parte, el mal clima se mantiene. La lluvia arrecia por un momento y hace complicado el trámite del encuentro. El futbol se vuelve escaso. Las oportunidades de anotar, también. Hay mucho en juego y ninguno de los dos equipos parece decidido a correr más riesgo del debido, considerando que todavía queda un partido más para definir al nuevo inquilino de la Primera División.
Los minutos transcurren sin emociones. Dos equipos trabados en medio campo, incapaces de hilvanar una buena serie de pases. El estado del césped juega en contra de ambos. El árbitro Marco Antonio Ortiz «despierta» a los aficionados al ’71, cuando resbala en el mojado terreno de juego y provoca un sinfín de burlas.
En un juego al parecer destinado a los pelotazos, la táctica fija luce como una esperanza. En un tiro de esquina, la pelota queda «muerta» en el área chica tras una serie de rebotes, pero Édgar González estrella un potente disparo en el arquero Carlos Velázquez. Desperdicia una clara para los Leones Negros.
La última es para el cuadro local. Marco Bueno dispara con fuerza, al ’86, pero justo al lugar donde Humberto Hernández manda a tiro de esquina. Eso es todo. El árbitro decreta el final y Estudiantes Tecos, el teóricamente obligado a buscar la ventaja, no se ve incómodo con el 0-0 en casa. Quizá porque apenas días atrás se proclamó campeón del Clausura 2014 sin ganar un solo partido de la Liguilla: empató los seis y definió la final ante Correcaminos en tanda de penales.
Será el próximo sábado, en la cancha del Estadio Jalisco, cuando el clásico estudiantil más importante en la historia de UdeG y Tecos defina al nuevo integrante de la Primera División. Por ahora, pese a todas las palabras que se han agregado a la historia, nada está escrito. ( @DiagonalSport1 )