Se integró al gimnasio en 2010, se unió a la primera generación de jóvenes que destacaron en el programa, junto con boxeadores como Pitbull Gamboa, Hommie Aguilar y El Guerrero de la 94. En su caso, el boxeo fue una vía para dejar atrás “algunas cosillas”, como él las llama, que lo mantenían atado a ese entorno.
Por Sergio Masté
Adrián Burgos recuerda con nostalgia el “parque de las risas” en la Región 96, donde durante su infancia solía reunirse con amigos para “echar el gallo”. En medio de una juventud difícil, marcada por las complejidades de crecer en un entorno con pocas oportunidades, fue el boxeo el que le abrió un nuevo camino. Hoy, Burgos es licenciado en criminología y agradece al boxeo por haber transformado su vida.
En 2009, el gimnasio World Champion Cancun, dirigido por Celestino Castro Chavelas, lanzó el programa “Rescate de los jóvenes de calle”, cuyo objetivo era alejar a los adolescentes de las adicciones y del entorno problemático de la región 96. Castro, promotor y entrenador, relata: “Pasaba por la 96 y veía un montón de muchachos ahí drogándose. A ese parque le pusimos el parque de las risas, porque era pura risa con los chavos drogados. Desde entonces, el boxeo ha cambiado muchas vidas, y uno de esos jóvenes es Adrián Burgos”.
Burgos, quien se integró al gimnasio en 2010, se unió a la primera generación de jóvenes que destacaron en el programa, junto con boxeadores como Pitbull Gamboa, Hommie Aguilar y El Guerrero de la 94. En su caso, el boxeo fue una vía para dejar atrás “algunas cosillas”, como él las llama, que lo mantenían atado a ese entorno. Gracias a este deporte, Burgos participó en torneos de boxeo, incluso a nivel nacional. Aunque no ganó medallas, el logro de viajar y competir es un triunfo personal que le dejó lecciones valiosas: “No tuve una niñez chida como otros. Hubo altas y bajas por cuestiones familiares, pero no me dejé derrotar. Siempre quise ser alguien sobresaliente”.
El programa “Tanques de oxígeno”, un torneo en las colonias organizado por Celestino Castro y gobierno municipal, fue una de las experiencias que más motivaron a Adrián. “Nos fuimos envolviendo más en este deporte y nos gustó un montón. Aprendimos muchas cosas a base del boxeo”, recuerda.
Hoy, mientras observa cómo algunos de sus amigos se quedaron en el “viaje” de las calles, Adrián valora la oportunidad que le dio el boxeo de forjar un nuevo destino. El entrenamiento en World Champion Cancun le mostró la disciplina y la fortaleza que luego aplicó en su vida personal y académica.