Pablo Vázquez, la historia de un corredor, trabajador y soñador de San Luis Potosí

* Recuerda que en sus días como atleta y futbolista llanero no le costaba trabajo levantarse temprano, y asegura que mantenerse activo es fundamental para una vida plena.

Por Andrés Dávila

A sus 61 años, Pablo Vázquez Colorado evoca con claridad las experiencias que marcaron su juventud, desde sus primeras carreras en 1984 hasta los recuerdos de su trabajo y la vida en el campo. Este sanluisino, ahora dedicado a actividades agrícolas y oficios como herrería, plomería y electricidad, guarda en su memoria anécdotas y aprendizajes que moldearon su carácter.

EL COMIENZO EN EL ATLETISMO

Todo inició en la Gran Carrera Internacional Lomas 1984, una competencia de 15 kilómetros en la que participó con el número 1432, logrando un tiempo de 1:06:15. «Era una satisfacción enorme terminar la carrera», recuerda Pablo. En esa época, también corrió su primer medio maratón en Armadillo de los Infante, un municipio de San Luis Potosí con arquitectura colonial que le dejó gratos recuerdos.

Otras competencias destacadas fueron el III Medio Maratón Atlético Universitario en septiembre de 1984, donde cronometró 1:26:43, y el Segundo Medio Maratón de Dulces de Leche La Vaquita en diciembre del mismo año, con un tiempo de 1:32:05. Siempre acompañado de compañeros de trabajo como Martín Ramírez, ahora fallecido, y Roberto Montes, Pablo enfrentó los retos del atletismo con entusiasmo y camaradería.

«Nuestro patrón, Armando Berlanga Cázares, nos patrocinaba», relata. Dueño de un taller de puertas automáticas llamado ARBESA, Berlanga promovía la participación en las carreras como una forma de dar difusión a su negocio. Inspirado por su jefe, quien llegó a correr maratones de 42 kilómetros, Pablo disfrutó de la experiencia de competir y explorar nuevos lugares.

LA VIDA DESPUÉS DEL DEPORTE

En 1987, Pablo dejó el deporte al casarse y comenzar una nueva etapa como esposo y, más tarde, como padre. Aunque las carreras quedaron atrás, encontró satisfacción en trabajar en el campo y apoyar a sus hijos en la construcción de sus hogares. «No me pagan, y si algo sale mal me regañan, pero me queda la satisfacción de ser útil», comenta con humor.

RECUERDOS DEL CAMPO Y LA FAMILIA

Pablo también rememora las madrugadas con su padre, acompañándolo con la carreta cargada de frijol en terrenos de «Las Terceras». Una de sus anécdotas favoritas ocurrió cuando los bueyes se detuvieron en seco, evitando que cayeran en un gran hoyo. «Si hubieran seguido caminando, quién sabe si estaría aquí para contar esta historia», dice con una sonrisa nostálgica.

UN MENSAJE PARA LA JUVENTUD

«Los invito a hacer deporte, el que más les guste», aconseja Pablo. Recuerda que en sus días como corredor y futbolista llanero no le costaba trabajo levantarse temprano, y asegura que mantenerse activo es fundamental para una vida plena.

Hoy, Pablo Vázquez Colorado vive satisfecho con los recuerdos de una vida llena de esfuerzo, aprendizaje y momentos inolvidables. Su historia es un ejemplo de cómo las pasiones, el trabajo y los valores familiares dejan huellas imborrables en el camino.

«Un saludo a los colaboradores de Diagonal Sport, que sigan teniendo éxito por muchos años», concluye Pablo con gratitud y optimismo.

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