Por Sergio Masté
Con 55 años de edad, originario de Atlacomulco, Estado de México, Juan Diego ha dedicado casi cuatro décadas a la lucha libre, disciplina que considera el deporte-espectáculo por excelencia. Su carrera comenzó bajo la identidad de Mr. Genio, un personaje que perdió su máscara ante el legendario Misterio (QEPD). Al momento de descubrir su rostro, el público exclamó: “¡Este señor se parece a Juan Diego!”, nombre con el que se ha presentado en los cuadriláteros desde hace casi seis años.
“Ha sido un camino de disciplina y constancia”, comenta. “La lucha es bonita, consta de 10 fases y combina llaveo, contrallaveo, lucha grecorromana, intercolegial, teatro, comicidad, entre otros”. Su experiencia le ha permitido conocer todo México, enfrentando no solo rivales en el ring, sino también las dificultades fuera de él. Confiesa que ha sufrido lesiones, muchas veces por descuido, y que en varias ocasiones recibió un rotundo “no” de promotores que no valoraban su trabajo.
A pesar de ello, Juan Diego ha seguido venciendo barreras para dedicarse al deporte que ama. Para él, la lucha libre es más que entretenimiento: “Saca el estrés de los aficionados y te hace salir del ring como nuevo”. Sin embargo, reconoce que hoy muchos luchadores sufren lesiones, una realidad que todavía carece de explicación clara y que deja un pendiente en el corazón de quienes viven la lucha desde dentro.
Juan Diego es un ejemplo de pasión, perseverancia y amor por la lucha libre, demostrando que la constancia puede convertir cada caída en un impulso para seguir adelante.